Una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes y fáciles de combatir es la llamada gonorrea. Ésta es causada por una bacteria denominada Neisseria Gonorrhoeae la cual puede sobrevivir y reproducirse rápidamente en ambientes húmedos provistos de una mucosa.

Tal es así que los focos de infección pueden estar localizados en: aparatos genitales (incluyendo los internos), faringe, boca, ano y ojos. Cuando la enfermedad se complica ésta puede pasar a la sangre conformando un cuadro más complejo.

Los síntomas no siempre son evidenciables, muchas veces se presenta de manera silenciosa y asintomática. Pero cuando los hay generalmente comienzan entre los 2 a 5 días posteriores a un contacto sexual pudiendo incluso comenzar a los 30.

Es común la sensación de ardor al orinar acompañado de cistitis, secreción blanca ó transparente que brota de la uretra, dolor testicular u ovárico, dolor pélvico. En las mujeres no es poco frecuente la levedad de los síntomas pero también pueden evidenciar un aumento del flujo y hemorragias atípicas.

Cuando la infección se localiza en el recto la sintomatología presenta dolor al defecar, sangrado, supuración ó picazón. Mientras que si el foco está en la faringe la enfermedad tiende a ser silenciosa salvo ocasiones en los que el agrandamiento de las amígdalas, el dolor de gargantao inflamación de ganglios la evidencian.

Las posibles complicaciones ante la falta de tratamiento pueden ir desde una epididimitis e inflamación de la pelvis hasta la infertilidad. También en casos donde los bebés se contagian tras el parto puede haber casos de ceguera.

La cura:

La cura se consigue con tratamientos a base de antibióticos específicos. Muchas cepas son resistentes a ciertas drogas por lo que el médico deberá evaluar la evolución de la infección. Se recomienda la abstinencia total de sexo durante la etapa del tratamiento.

Un infectado de gonorrea luego de su cura puede volver a contraer la enfermedad y la manera más eficaz de evitar el contagio es por práctica de la castidad mientras que el uso de profilácticos aseguran una protección cercana al 99%.